Este mes abrió en Londres la primera tienda de una de las firmas más esperadas del año: Arket.
Se trata de la séptima iniciativa del grupo sueco Hennes&Mauritz AB (globalmente conocido como H&M) una corporación con notable experiencia en la industria y responsable del éxito de etiquetas como & Other Stories, Monki, Cheap Monday, Weekday y una de mis preferidas, COS.
La esencia de ARKET está marcada por dos características: un precio más elevado que el de la firma estandarte (H&M) –las franelas , por ejemplo, están en torno a los 40 euros– y un catálogo de básicos “de calidad” alejado del vértigo de las tendencias que marca el low cost, tipo Zara, que en su mayoría produce piezas inspiradas en lo visto en las pasarelas del gran lujo.
“El ADN de la marca se basa en la atemporalidad, la calidad, la frescura y la calidez. La atemporalidad es el estilo por encima de las modas. La frescura es la contrapartida a eso: ser relevante y moderno. La calidad no está solo en las prendas, sino también en la producción. La calidez es sobre ser genuinos y personales”, contó al BoF ( Business of Fashion) la directora creativa de Arket, Ulrika Bernhardtz.
Entendiendo esa “atemporalidad” por la necesidad de prendas básicas que sobrevivan a la «dictadura» de esas tendencias obligadas de las grandes cadenas de la moda democrática. Los grupos dominantes del low cost son cada vez más conscientes de que existe un procentaje poblacional que no le interesa la oferta de imitaciones de las botas de Balenciaga o los estampados a lo Dior o Gucci. Una sociedad que prefiere tener un closet con prendas versátiles, duraderas y funcionales, no por ellas carentes de estilo.